miércoles, 4 de noviembre de 2015

Neutralizar al rival




Buenas tardes,

Llevamos ya cinco partidos de competición (y dos meses de entrenamiento), y salvo alguna excepción, el equipo ha dado la cara en todos ellos, jugados además en circunstancias muy distintas.  La última derrota no debe hacernos dudar del trabajo realizado hasta la fecha sino animarnos a seguir en él. La mayoría de los partidos son bastantes igualados y al final un golpe de fortuna, un despiste defensivo o una buena acción ofensiva deciden el marcador final. Pero tenemos que tener una forma clara de juego.

En las anteriores entradas os comentaba mi preferencia, dado lo jugadores (ante todo hay que ser prácticos, no por otro razón), de intentar jugar el balón, y no recurrir al juego directo como patrón de juego. Esta alternativa tampoco supone simplificar el problema pues también requiere de un intenso trabajo: en qué zona damos el pase, sobre quién, quién va a la disputa y quién al rechace, cómo replegamos en caso de pérdida, 2ª jugada,... 

Evidentemente no siempre vamos a conseguir  imponer nuestro juego en todos los partidos, pues las situaciones cambian y por supuesto el rival también juega. El mono de trabajo hay que llevarlo siempre puesto.

En el fútbol, como en el resto de deportes colectivos, quien consigue imponer su estilo tiene más opciones de llevarse el triunfo. Si ninguno la impone, o los dos proponen lo mismo, el resultado será casi siempre ajustado. Por el contrario, a cada forma de juego se le puede encontrar su antídoto. La forma más clara, posesión vs contraataque, y el ejemplo más reciente y fantástico lo podemos encontrar en los Real Madrid- Barcelona de hace unos años con Guardiola y Mourinho.

Este fin de semana estuve fuera, fui a mi tierra por un compromiso familiar, y asistí al partido de mi Real Murcia contra el Almería 'B', de Segunda B. Dos equipos profesionales en la práctica. Ambos ofrecieron un juego directo sin contemplaciones, los defensas ni miraban el balón en el inicio del juego, y el centro del campo, no existía: Saque del portero, disputa, rechace y búsqueda 2º jugada. Así 90 minutos aburridísimos. El resultado 1-0 y de penalti. Y no son los más flojos de la categoría.


Creo que en muchos de los partidos que nos quedan, el rival va a ofrecer un juego directo en ataque, seguramente más por limitaciones en la zona de creación que por convicción. Esto no supone renunciar al estilo ofensivo, sino adaptar nuestra actitud defensiva.

Ahí está nuestro trabajo en esta fase, neutralizar el juego de ataque del rival. No se trata de sumarnos a su juego (terminaría en un barullo constante, seguramente), sino de combatirlo. Y tenemos herramientas para hacerlo: presión colectiva en el inicio de su juego, y defensa adelantada. Con lo primero evitamos su precisión en el pase y podemos incluso recuperar balón cerca de su portería, y con lo segunda reducir el margen de maniobra del posible receptor o su fuera de juego (que tiene sus riesgos, claro que sí, pero estar cerca de la portería y permitir pases a nuestra espalda, también).

Hay por tanto, que trabajar lo que queremos, y no apuntarnos a lo que nos ofrezca el rival, sino dificultar  en todo momento sus acciones, al tiempo que ganamos experiencia y seguridad en las nuestras.

Esto es la teoría, pero se consigue llevar a la práctica con repeticiones y esfuerzo. Poco a poco iremos definiendo nuestra  forma de actuar en las  grandes fases del juego: ataque, defensa y transiciones.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo. Añadiría q es fundamental el apoyo de los jugadores, desmarque y movilidad para poder tener huecos y alternativas en el pase. Tanto para sacar el balón de la defensa como arriba. Forza toju!!! Poco a poco irán saliendo las cosas.

    Gonchi

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